Capítulo 9: HISTORIA - MILITANT Y EL CIT

Posted by Socialismo Revolucionario On domingo, 29 de marzo de 2009 0 comentarios

¿Puede resumir la historia, primero de Militant y después del CIT? ¿Cuales fueron los principales hitos?



Militant no cayó del cielo. Nosotros remontamos nuestros antecedentes desde el Partido Comunista Revoluciónario en Gran Bretaña y, claro, en la Oposición de Izquierda Internacional de Trotsky. Mi generación se unió a este proceso a comienzos de los años 60, otros después. Iniciamos Militant en 1964, cuando todavía estábamos juntos con otro grupo y la sección oficial del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SUCI) en Gran Bretaña. Pero siempre estuvimos en oposición a la dirección del SUCI en varios asuntos. En la cuestión de Europa y sobre si ella podría ser unificada sobre una base capitalista. En la cuestión del crecimiento económico, donde Ernest Mandel se inclinaba hacia una posición de tipo “neo-keynesiana”; sobre la Revolución colonial, como era llamada la Revolución en el mundo colonial; sobre la actitud en relación con la izquierda dentro del Partido Laborista, donde ellos tenían una posición de “entrismo profundo”, escondiendo sus ideas. En el congreso mundial del SU-CI de 1965, en términos efectivos nosotros fuimos expulsados de esta organización.



Militant comenzó en 1964 cuando una nueva generación ingreso en nuestras filas. Al principio éramos pocos numéricamente. El movimiento anti-guerra y anti-armas nucleares llamado Campaña por el Desarme Nuclear (CDN) era muy grande en Gran Bretaña en 1959-60. Las marchas a Aldermaston, el centro de investigaciones de armas nucleares, fueron importantes. Entretanto tuvieron lugar las grandes huelgas de los aprendices, las huelgas de los jóvenes trabajadores de la industria metal-mecánica en 1960 y 1964. Varios camaradas vinieron al Trotskismo por medio de la juventud del partido laborista.



Nosotros nos juntamos con una generación más vieja de Trotskistas, como Ted Grant, Jimmy Deane, Arthur Deane y otros. A principios de los años 60, por un corto periodo, colaboramos con el grupo de Cliff, hoy el SWP, en un periódico llamado Young Guard[3], dentro de la juventud del Partido Laborista. Nos dimos cuenta que nuestra visión y practica no eran compatibles, así que fundamos Militant en 1964. Este no era un nombre ideal. Tuvimos más discusiones sobre nombres para los periódicos que sobre cualquier otra cosa. Pero con el tiempo todos los nombres se volvieron sinónimo de una tendencia definida y de un cuerpo de ideas.



Decidimos llamarnos Militant. Teníamos un subtítulo, “Para el laborismo y la juventud”. Esto era deliberado, porque creíamos que el Partido Laborista era el lugar donde estar. Era un partido obrero – burgués, con una dirección que siempre fue burguesa. Pero la base del partido estaba formada por los sindicatos, por la clase trabajadora organizada. La primera edición del periódico era mensual y con ocho páginas. No teníamos militantes profesionalizados antes de comenzar a construir Militant.. Yo me volví el primer profesionalizado.



¿Cuántas personas?


Teníamos cerca de 40 camaradas nacionalmente, una combinación de una generación más vieja con jóvenes. La juventud pasó a primer plano mientras la generación más vieja desistía, aunque hubo notables excepciones. En un primer momento fue realmente una organización predominantemente joven. Y cuando digo joven, hablo de personas con 18 – 21 años. Yo me volví Trotskista cuando tenía 18. La mayoría abrumadora era de jóvenes. Algunos de nuestros camaradas no tenían más de 14 o 15 años y ellos continuaron en este camino.



Nosotros construimos bases del Partido Laborista. Tuvimos suerte porque la juventud socialista fue creada en 1960 y después denominada Juventud Socialista del Partido Laborista (LPYS, según la sigla en ingles) en 1964. El SWP / IST (el grupo de Cliff, entonces con otra denominación) dejó el Partido Laborista a mediados de los años 60. El grupo de Healy salió, o fue expulsado, antes, a consecuencia de los métodos que usaban.. Entonces, de cierto modo, teníamos un campo libre. Pero éramos pequeños. No teníamos a nadie en el Comité Nacional del LPYS inicialmente. En tanto, fue electo un compañero de Escocia y, en seguida, ganamos otro camarada en el Comité Nacional. En 1970, ganamos la mayoría en el Comité Nacional del LPYS. En un determinado momento ganamos todos los cargos regionales que componían el Comité Nacional. Esto fue conquistado por medio de un trabajo consistente y paciente, pero también a través de los argumentos y de una actitud escrupulosamente democrática y de un abordaje fraterno en la discusión.



También trabajamos dentro del Partido Laborista propiamente, no solo en la juventud, y siempre tuvimos una base en los sindicatos. Nuestra organización siempre fue y siempre será una organización predominantemente de la clase trabajadora, aunque con un sector muy bueno de estudiantes y jóvenes intelectuales que rompieron con el capitalismo, algunos rompieron con sus orígenes burgueses o pequeño-burgueses y se colocaron del punto de vista del proletariado. Nunca tuvimos problemas con personas venidas de distinto origen, debido al proceso de integración en nuestra organización para aquellos que vinieran de un medio social diferente del de la clase trabajadora.



Construimos nuestra posición muy lentamente. Decidimos no cubrir todo. Si se tiene por objetivo el cielo, nunca puede escoger un blanco difuso. Así que, si tiene 40 personas, debe concentrarlas en un campo específico, en la arena más importante, donde puede obtener éxitos. Por eso, en Italia, no hace mucha diferencia donde gana Usted los primeros partidarios de las ideas Marxistas. Es cuestión de ganar una base, desarrollarla, educarla y, entretanto decidir donde emplear sus fuerzas. En Gran Bretaña, no era muy diferente comenzar dentro o fuera del Partido Laborista. Ganamos personas donde pudimos y entretanto, para usar un término militar, enfocamos todas las fuerzas en el punto de ataque. De esta forma estábamos en la LPYS y ganamos la mayoría. Enseguida tuvimos una repercusión de esto dentro del Partido Laborista.



En los años 70 hubo un enorme levantamiento en la sociedad. Pasamos de un periódico mensual a un periódico quincenal. Compramos nuestras maquinas gráficas. Recolectábamos dinero de cada camarada y simpatizante. Teníamos mucho espíritu de sacrificio. Exigíamos mucho de nosotros mismos y de otros, y todavía lo hacemos. Si la persona conseguía un buen trabajo, pagaba una proporción mayor de su salario para nuestra organización. No escondemos eso. Si alguien está desempleado, hace un sacrificio menor, pero que para nosotros es equivalente y tan valorado como el de alguien con un buen empleo. Nosotros mismos construimos nuestros recursos. Junto con las maquinas adquirimos un pequeño escritorio donde hacíamos el periódico. Yo era el único profesionalizado, fui profesionalizado cuando tenía 20 años. Yo también era el secretario general. En seguida pasamos a un semanario, expandimos nuestra imprenta y ampliamos el número de profesionales. Hablábamos de producir el periódico dos o tres veces por semana e hicimos eso ocasionalmente. En cierto momento, pensamos en producir un periódico diario. Pero siempre teníamos la actitud que la producción del periódico no era un fin en sí mismo, era un medio para un fin, la herramienta para el otro trabajo político que hacíamos.



Eventualmente, construimos Militant como una organización con un tamaño considerable en los años 70, alcanzando relevancia nacional en 1976 en torno a la cuestión del dirigente profesionalizado de la juventud del Partido Laborista. Uno de nuestros camaradas, Andy Bevan, fue elegido para el cargo aunque fuera un conocido Marxista y Trotskista. La prensa burguesa, apoyada por la derecha del Partido Laborista y sus dirigentes, intento sacarlo del cargo. Nosotros derrotamos ese ataque. Éramos vistos en general por los miembros del Partido como “buenos jóvenes” que estaban haciendo un buen trabajo, el Partido laborista era una “iglesia amplia” y debería aceptar diferentes tendencias. Reacuérdese que el Partido Laborista, desde los años 20, nunca fue como la Rifondazione Comunista (RC) en Italia, por ejemplo, aceptando formalmente tendencias internas. Usted podía organizar un periódico, reunir un grupo de “amigos” cercanos, pero no podía estar oficialmente en una organización, aunque la derecha estuviese organizada y la maquina partidaria fuera su organización.



Desarrollamos metódicamente nuestra posición, teniendo una gran repercusión en el congreso del Partido Laborista a finales de los años 70. En 1978, derrotamos a la dirección nacional del Partido Laborista en la cuestión decisiva del “Contrato Social” Se trataba de un acuerdo entre los líderes sindicales oficiales y el gobierno laborista para mantener los salarios bajos. Una resolución fue presentada por uno de nuestros camaradas en el congreso del Partido Laborista por uno de nuestros camaradas, que efectivamente posibilitaba que los sindicatos rompieran con el “Contrato Social”. Los sindicatos tomaron la resolución como una señal para salir del “Contrato Social”, lo que, a su vez, llevó a un “Invierno del Descontento”. Los trabajadores mal pagados del sector público se declararon en huelga, lo que hizo chocar directamente a la clase trabajadora con el gobierno. Esto provocó la derrota del gobierno laborista en 1979 y la llegada de Thatcher al poder.



Gran Bretaña en los años 80



No voy a entrar totalmente en el escenario político, pero esto abrió una situación enteramente diferente en Gran Bretaña. La década del 80 fue la más importante para el Marxismo auténtico, el Trotskismo, en Gran Bretaña. Thatcher fue el látigo de la contra-revolución. En Liverpool construimos una poderosa posición dentro del Partido Laborista. Éramos una minoría en la bancada laborista de la cámara municipal, pero convencimos a los demás concejales de enfrentar a Thatcher en la cuestión del “presupuesto necesario”. El gobierno había retirado 60 millones de libras de la ciudad. No llegamos al poder en la cámara para hacer como RC y DS en Italia, esto es, administrar las reformas neoliberales de “modo blando”, para”mitigar” sus efectos. Dijimos no, nosotros no realizaríamos ningún corte a los servicios públicos ni aumentaríamos los impuestos locales, que afectaban a la clase media baja y a los trabajadores. Aprobaríamos un presupuesto necesario con déficit y exigiríamos que el dinero extra necesario para los gastos viniese del gobierno. Este fue un “presupuesto ilegal”. El gobierno debería devolver a Liverpool los 70 millones de libras que había robado de la ciudad.



Para obligarlo era necesaria una movilización de masas. El Laborismo ganó la Cámara Municipal en 1983 con una gran mayoría, y todavía aumentó más en 1984. Organizamos dos huelgas generales en Liverpool y en 1984 producimos un presupuesto ilegal que, técnicamente, volvía a los concejales en receptores de castigos y multa del gobierno. Para resumir una larga historia. Thatcher retrocedió en 1984, porque la huelga de los mineros también estaba ocurriendo en ese momento y ella tuvo que hacer concesiones financieras a Liverpool. Nosotros y los trabajadores de Liverpool tuvimos una victoria. Pero los mineros fueron derrotados en 1985. Thatcher giró y penalizó a la Cámara y su presupuesto en 1985. Ella no habría sido capaz de salir impune de esto sin el apoyo de los líderes de derecha de los sindicatos, y especialmente, de Neil Kinnock, entonces líder del Partido Laborista.



Quiero destacar que el número de concejales de Militant, esto es, los miembros de la Tendencia Militant, como nos llamábamos entonces, siempre fue una minoría. No teníamos la mayoría de los concejales. Teníamos una poderosa posición en los sindicatos y también una importante presencia en el Partido Laborista local. Pero como teníamos una estrategia bien elaborada, la mayoría de los concejales, en la izquierda e incluso algunos que formalmente estaban a la derecha, aceptaron nuestra estrategia y no veían alternativa. Movilizábamos desde abajo para presionara a los que vacilaban.

El gobierno fue derrotado en Liverpool en 1984, pero ya había comenzado una caza de brujas, un violento ataque para expulsarnos del Partido laborista, orquestado por la burguesía y realizado por la derecha del Partido Laborista. Clare Doyle, yo, Keith Dickinson, Ted Grant y Lynn Walsh, que estábamos en el Comité Editorial de Militant, su dirección “oficial”, fuimos expulsados con gran repercusión pública. Todos nosotros estábamos en la TV, en las radios y en los periódicos. Kinnock atacó a los concejales de Liverpool en 1985-86. Describimos todos estos acontecimientos en el libro “Liverpool – La ciudad que se atrevió a luchar”. Después de la expulsión del Comité Editorial en 1983, fueron tras los líderes de Militant en la lucha de Liverpool en 1985-86 y varios fueron expulsados. El partido Laborista de la ciudad se vació.



Cuando Thatcher fue reelegida en 1987, decidimos lanzar la lucha contra el poll tax[4], que fue victoriosa a pesar que la dirección laborista y sindical oficial abandonó la lucha. Esa campaña resultó una manifestación de masas, el llamado “motín” de Trafalgar Square, en Londres, en 1990. Pero el factor que enterró el pool tax fue la decisión de 18 millones de personas que se negaron a pagarlo. Esto paralizó el cobro del impuesto y obligó a Thatcher a retroceder. Sus propios parlamentarios se rebelaron y ella fue removida de su posición como primer ministro.



A fines de los años 80, teníamos 8 mil miembros, a pesar de que nuestra dirección había sido expulsada del Partido Laborista. Cometimos algunos errores en la época de nuestra expulsión. Deberíamos haber organizado un partido independiente desde entonces.


¿Cuál era la circulación del periódico?



Variaba pero en un momento fue entre 15.000 y 20.000 por edición semanal. El número de lectores era mucho más grande que eso porque el periódico pasaba a amigos, conocidos y compañeros de trabajo. En la gran manifestación del poll tax de 1990, vendimos 10.000 copias del periódico. No podías ir a ningún lado sin ver vendedores de Militant. Hubo una ocasión famosa cuando había un equipo de televisión filmando un programa dramático sobre una huelga. Algunos de los actores estaban representando la “huelga” en la calle. Uno de nuestros camaradas se dirigió hacia ellos, fue donde los actores y trató de venderles una copia de Militant porque ¡pensó que era una huelga verdadera! En la huelga de los mineros, nosotros éramos una fuerza de izquierda importante. Arthur Scargill se acercó a nosotros para un bloque en el curso de la huelga de los mineros. Mandamos varios de nuestros camaradas a través del mundo durante la huelga de los mineros: a Sudáfrica, Europa y otras partes, a otros mineros, para levantar apoyo y solidaridad.



Después de la lucha del poll tax, no había vida real en el Partido Laborista. Su ala juvenil había sido clausurada y no fue posible trabajar como antes. Lanzamos una organización independiente. En esa época lo vimos como una táctica temporal. Con Kinnock al control y moviéndose decididamente a la derecha, y como consecuencia el Partido laborista vaciándose, salimos del Partido Laborista para tener más efecto. Al mismo tiempo dijimos que estaríamos dispuestos a volver al Partido Laborista si cambiaba. No fue realmente sobre esta cuestión sino sobre otros asuntos organizativos, que Ted Grant y sus partidarios decidieron organizar una fracción. Pero ellos siguieron adelante con otras cuestiones y fueron claramente derrotados. En nuestra Conferencia Especial en octubre de 1991 con cerca de 800 personas, que tuvo lugar en el norte de Inglaterra, ellos recibieron ¡7% de los votos! Entonces decidieron recolectar dinero separadamente para su grupo y posteriormente formaron su propia organización separada.

Entonces decidimos continuar con la táctica independiente. El Partido Laborista quedó más y más vacío. En los años 90 y en adelante, debido a que cambiamos nuestras tácticas tuvimos éxito en un periodo difícil manteniendo y construyendo nuestras fuerzas. Decidimos presentarnos independientemente para concejales y parlamentarios. Gran Bretaña tiene un sistema electoral muchos más difícil para partidos minoritarios que el que existe en cualquier otra parte de Europa. Es “el primero gana todo”, así que un partido tiene que obtener una cantidad enorme de votos para entrar al parlamento. Ahora tenemos siete concejales en Inglaterra, a nivel internacional, tenemos nueve concejales en Alemania, ocho en Suecia, uno en Australia, uno en Sri Lanka, cuatro en Irlanda y un bloque en Pakistán



La aproximación transicional



Muchos en la extrema izquierda en Gran Bretaña, y también en Italia, dicen que el CIT tiene algunas posiciones oportunistas. La primera posición oportunista era sobre la cuestión del estado nacional y el estado. Sus camaradas en Italia, de “Falce Martello”, en la época sostenían en su material, muchas veces, que era posible que tuviera lugar una transición pacifica al socialismo. Ellos tomaron la posición de Engels sobre el aso de la guerra civil en Francia y usaron esto.

La segunda era que en Inglaterra ustedes nunca hablaban contra la monarquía porque la masa del pueblo tenía simpatía por la monarquía. Luego está la cuestión de las mujeres y gays y las minorías. Ustedes tienen ideas anticuadas sobre el nivel de conciencia de la clase trabajadora, sobre los prejuicios de la clase trabajadora sobre los gays, sobre el feminismo y otros. Ustedes no apoyaron activamente al feminismo y los derechos de los gay. Esto es lo que se decía en la extrema izquierda italiana, era como pensábamos de Militant en Gran Bretaña. Todavía ahora, continúan diciendo que el entrismo es la estrategia de la Revolución. Por supuesto es posible que se desarrolle alguna clase de fuerza independiente en algunos países, pero la línea general es el entrismo porque tendremos un verdadero partido Revolucionario solamente en la víspera de la Revolución. ¿Pero ustedes piensan que es una posición táctica o estratégica? En mucho de los artículos y documentos de Ted Grant se tiene la impresión que es estratégica.



Sobre el último punto, creo que es indudablemente cierto que Ted Grant no solo la consideraba una posición estratégica, sino una posición de “principio”, cualquier desviación de la cual sería una “negación” de una aproximación correcta. Nosotros nos aproximamos a la cuestión del estado de un modo transitorio, tomando en cuenta la conciencia de la clase trabajadora, especialmente en los viejos países industriales como Gran Bretaña. Se plantearía de una manera un tanto diferente en el mundo neo-colonial, o por ejemplo, en Argentina en los años 70 o 80, y quizás en Italia con su tradición “comunista”. Sin embargo, nosotros adelantamos un programa de transición de la misma manera que hicieron Lenin y Trotsky sobre la cuestión del estado.

La Revolución Rusa de octubre tuvo lugar bajo un eslogan “defensivo”, apoyar el segundo congreso de los soviets con una manifestación armada. En la víspera de la Revolución, los mencheviques, los social-revolucionarios así como la burguesía estaban acusando a los bolcheviques de organizar una insurrección. Trotsky lo negó, dijo que los obreros iban a salir a las calles, si en una manifestación armada, pero como una medida defensiva contra la contrarrevolución, en general esta es la manera como la clase trabajadora y el movimiento obrero se han aproximado a la cuestión de cambio forzado, pacifico o violento.


Déjeme darle un ejemplo típico de la manera como esto saldría en una conversación con un trabajador en Gran Bretaña. Nosotros estábamos trabajando en el Partido Laborista, un medio reformista. Pero tenía una cláusula en sus estatutos –Cláusula 4, parte cuatro – que defendía la nacionalización de los sectores decisivos de la economía. Esa Cláusula era un reflejo de la presión de la Revolución Rusa sobre el Partido Laborista después de 1917. Blair la eliminó en 1995. Esa y otras medidas eran la señal de la eliminación del Partido laborista como partido obrero. Pero cuando era un partido obrero, nosotros defendimos demandas transitorias, dentro y fuera del Partido, siguiendo el ejemplo de los bolcheviques. Su eslogan fue por “Pan, Paz y Tierra” y todo lo que se desprendía de esto. Fue una combinación de acontecimientos y eslóganes correctos en cada etapa que llevó a la idea de la Revolución Rusa.



No obstante, estábamos en un periodo no revolucionario – un periodo radicalizado, pero no una situación revolucionaria o pre-revolucionaria, ni siquiera la situación de Italia de los años 70. Estábamos trabajando en el Partido Laborista por las razones que expliqué antes, y adelantamos demandas sobre la vivienda, educación y servicios sociales. Levantamos la exigencia que un gobierno laborista debería tomar el control, para usar un lenguaje que pudiera ser entendido por los trabajadores, de los 250 monopolios que controlaban el 80-85% de la economía, con compensación solamente sobre la base de la necesidad comprobada. En otras palabras, no la expropiación completa, lo que explicaré más adelante. Defendíamos un plan socialista de producción que debía ser diseñado por la clase trabajadora, los sindicalistas, amas de hogar, pequeños negociantes y otros a través de comités que controlarían este plan.



Esa era nuestra propaganda básica, nuestra aproximación de transición. Íbamos a reuniones, sindicales o del Partido Laborista. Decíamos: este es nuestro programa para el futuro. Aparecían algunos ultra-izquierdistas que se paraban y decían; ‘Ustedes están absolutamente errados, Trotsky estaba en favor de los soviets, ustedes deberían estar impulsando los soviets en esta etapa; es reforzar las ilusiones de los trabajadores pensar que debemos trabajar a través del parlamento.’ Eran argumentos infantiles. Teníamos que señalarles que la mayoría de la población, incluida la clase trabajadora, tenía ilusiones en la democracia burguesa y el parlamento, y no podíamos eliminar esas ilusiones solamente a través de la propaganda. Una combinación de argumentos, explicados hábilmente, y la experiencia de la clase trabajadora les enseñará a adoptar la alternativa socialista y las ideas Marxistas.


Los bolcheviques incluso no abandonaron el eslogan de la Asamblea Constituyente hasta después de la Revolución Rusa, porque Lenin siempre estuvo preocupado sobre una retirada si la Revolución se paralizaba. La Asamblea Constituyente fue disuelta solamente cuando las masas habían establecido la alternativa de poder soviético, el gobierno soviético. Esto muestra el cuidado con el cual Lenin y Trotsky se aproximaron a la perspectiva de la clase trabajadora y las masas populares.


¿Cómo rompemos las ilusiones de la clase trabajadora sobre la cuestión de la ‘democracia’ burguesa? Los trabajadores preguntaban: si un llega un gobierno e introduce las medida que Militant defiende para el parlamento, ¿la clase dominante va a aceptarlo simplemente? Ella organizaría una conspiración militar. Nosotros decíamos, estamos de acuerdo con Ustedes. Pero en esa situación y en la situación que llevaría hacia ello, exigiríamos que los sindicatos y los partidos de la clase trabajadora prepararan a la clase trabajadora en defensa de cualquier medida radical que fuera introducida. Les dábamos ejemplos, de lo que pasó en Chile. Allí hubo la lucha parlamentaria de Allende y la actividad extra-parlamentaria de las masas pidiendo armas. Lo mismo pasó en la Revolución Española.



Todos estos puntos los explicábamos. No en una pequeña habitación. Estoy hablando de reuniones y asambleas de cientos y a veces de miles de personas, y en la TV y la radio. Decíamos, no somos pacifistas, defenderemos el derecho a huelga, libertad de reunión, etc. con la fuerza de las armas si es necesario, si son amenazadas o por la reacción o el fascismo. Pero lo mismo esperaríamos de todos los trabajadores y de los líderes de izquierda en particular. Nosotros no estamos en esa etapa de la que los ultra-izquierdistas han venido a hablar aquí.



Entonces aparecía el argumento: ¿Van a compensar a los capitalistas por esquilmar a los trabajadores? Trotsky comentó este punto en una discusión sobre el Programa de Transición. Él dijo: “Debemos estar preparados incluso para comprar a los capitalistas, en teoría no estamos opuestos a ello”. Así que defendimos la idea de compensar a los pequeños accionistas sobre la base de necesidades probadas. No compensaríamos totalmente a los grandes capitalistas ni a los grandes accionistas, pero quizá sí a los pequeños, hombres y mujeres. La propaganda burguesa invariablemente nos echa en cara lo siguiente: si las grandes compañías son expropiadas, que pasará con las inversiones del hombre modesto con unas pocas acciones?” Nosotros los compensaríamos. Pero no a los grandes accionistas, no a los billonarios. Entonces se plantea la cuestión de ¿Qué clase de estado esperan lograr? ¿Creen que el parlamento se mantendrá? Trotsky señaló que teóricamente no es necesario reemplazar el ‘parlamento’, el edificio, per se. Pero la base sobre la cual estaría establecido sería cambiada radicalmente. La manera como formalizamos esto - por un plan socialista de producción, diseñado por comités de trabajadores, sindicalistas, delegados de empresa etc. - es un modo popularizado de lo que estrictamente hablando son Consejos de Trabajadores o ‘Soviets’. Nuestros amigos ultra-izquierdistas no podían verlo pero nosotros lo hicimos de tal manera que el trabajador promedio pudiera comprender a donde nos dirigíamos.



A un nivel teórico general, defendemos las ideas de Marx sobre el carácter del estado en sus escritos sobre la Comuna de Paris, de Lenin en la época de la Revolución Rusa y de Trotsky. Nunca, jamás, hemos usado la cita de la introducción de Engels en la introducción a la Lucha de Clases en Francia para argumentar que el ‘cambio pacífico’ es la única opción. De hecho, nosotros argumentamos exactamente lo opuesto. Fue Kautsky y Co, los que falsificaron las circunstancias y la intención de Engels en esta cita particular.



Bob Labi: “Tuvimos polémicas contra el PC sobre eso”


Nosotros decíamos: no somos pacifistas, lean nuestro material, lucharemos, pero lo mismo harán los sindicalistas comunes. Esperamos que Tony Benn y Jack Jones (dirigente de la Unión General de Trabajadores y de Trabajadores del Transporte en los años 70, que participó en la Guerra Civil española), estarán junto a nosotros luchando para defender el derecho a voto, el derecho a huelga y la libertad de reunión. Con esta aproximación, ningún dirigente laborista nos podía acusar de ser ‘salvajes con cuchillos entre sus dientes’, para sostener que ‘ellos están locos, lo único que quieren es una confrontación armada, quieren una Guerra Civil’. Los Marxistas y Trotskistas tenemos que superar los argumentos de nuestros oponentes que suponen que queremos una ‘insurrección armada inmediata’. Es por eso que necesitamos una aproximación transitoria.


Respecto a la pregunta: ¿Puede hacerse pacíficamente? Inicialmente la Revolución Rusa se desarrolló pacíficamente. En el asalto al Palacio de Invierno; cuanta gente murió? Un puñado. La violencia vino de la burguesía después en la guerra civil. Sobre el estado, en nuestra revista teórica y en panfletos especiales explicamos amplia y detalladamente nuestra posición. También pusimos en relieve las características del estado en nuestro periódico semanal. Respecto a la cuestión de la transición pacífica, le diría a los trabajadores, ‘¿Queremos violencia, queremos guerra civil?’ Nosotros argumentábamos que queríamos llevar adelante un cambio ganando la mayoría.; una mayoría democrática. En la Revolución Rusa hubo una votación democrática en los soviets: los Bolcheviques tomaron el poder. En el primer periodo no fue ilegalizado ningún partido excepto las Centurias Negras fascistas. Los bolcheviques solamente ilegalizaron otros partidos después que tomaron las armas para derrocar al gobierno.



¿Estamos a favor de la democracia multi-partidista? Nosotros respondemos sí, y eso incluye el derecho a existir del partido conservador. En Italia Ustedes tendrían que decir que los partidos democrático burgueses tienen el mismo derecho. No estamos a favor de garantizar los mismos derechos a los fascistas desembozados. Nosotros los ilegalizaríamos. Los fascistas abiertos quieren destruir los derechos democráticos, incluido el movimiento de trabajadores. Pero en lo que respecta a los otros partidos burgueses, ellos podrían participar en elecciones. Un estado obrero democrático no tendría nada que temer de ellos. En la Revolución Rusa los Mencheviques no fueron ilegalizados, los Bolcheviques no clausuraron a los Social Revolucionarios. De hecho, inicialmente, entraron en coalición con los Social Revolucionarios de izquierda. Pero cuando ellos recurrieron a un levantamiento contra el poder obrero democrático, entonces los Bolcheviques no tuvieron otra alternativa sino prohibirlos. Pero fue visto como una medida temporal. Los Bolcheviques razonaban que una vez que la guerra civil hubiera terminado la democracia soviética podría ser restaurada. Esto probó ser imposible en una sociedad dividida, culturalmente carenciada, por un número de razones. Las mismas medidas no serían necesarias en una sociedad avanzada y desarrollada cultural y económicamente.



En Gran Bretaña, la movilización y el poder arrollador de la clase trabajadora podrían arrastrar a la clase media, entonces no se podría descartar teóricamente que se pudieses lograr un gobierno socialista de trabajadores mayoritario para llevar adelante la expropiación de los capitalistas, respaldado por el apoyo de las masas fuera del parlamento. En relación con los EE.UU., Marx, en el siglo XIX no descartó teóricamente el cambio pacífico debido a la debilidad entonces del ejército permanente. Y ese fue el hombre que escribió sobre el estado capitalista como “cuerpos armados de hombres y sus apéndices materiales”. Por supuesto, desde entonces, la situación de los EE.UU. ha cambiado fundamentalmente. Los EE.UU. hoy son una de las sociedades más militarizadas en el mundo. La historia ha mostrado que una clase, grupo o casta privilegiada no deja su riqueza y poder sin una lucha, usando si puede los medios más brutales y violentos, si es necesario. Miren lo que paso en España en 1939 y en Chile en 1972-73. Si Allende hubiera preparado apropiadamente a la clase trabajadora, en lugar de embaucar, el resultado podría haber sido diferente. Él tomo el control del 25% de la industria, luego cuando la contrarrevolución se movilizó con el intento de golpe en junio de 1973, los trabajadores respondieron yendo a las fábricas y tomaron el 40% de la industria. Vieron que el golpe militar venía y exigieron armas, que fueron rehusadas por Allende.



En la Revolución portuguesa cuando Spinola intentó su golpe en marzo de 1975, las masas respondieron y el gobierno se vio obligado a tomar el control del 70% de la industria. Luego se detuvieron a medio camino. Pero con ese poder y un partido Revolucionario de masas, ellos podrían haber establecido una posición tan inexpugnable que la resistencia de la clase dominante hubiera sido completamente ineficaz. No se puede descartar, pero es poco probable, que una transformación socialista sea pacífica, como mostró Chile, como mostró España.



Esta es una aproximación transitoria que lleva al trabajador promedio de la exigencia de reformas a la idea de la necesidad de la transformación socialista. Si exiges la Revolución socialista, desnuda, soviets y el resto, te estrellas contra un muro de ladrillos en Gran Bretaña pero también en Italia, en esta etapa. Sobre la cuestión de la República para Gran Bretaña, en nuestro programa demandamos reformas en vivienda, educación, servicios sociales., ‘expropien los 250 monopolios’, un monopolio estatal del comercio exterior, pero también la abolición de la monarquía y la Cámara de los Lores. Estamos a favor de la abolición, no del reemplazo, de la monarquía y la Cámara de los Lores. La monarquía no está allí, en Gran Bretaña, por propósitos puramente decorativos. Teóricamente, todo gobierno británico es nombrado por el monarca y puede ser dimitido de modo no democrático, sin elecciones. La clase capitalista puede usar la monarquía para conseguir esto, como hizo en Australia en 1975. Estamos en contra del presidencialismo en general, de la misma manera como estamos en contra de los monarcas y de la Cámara de los Lores.



Los Gays y las Mujeres


Sobre la cuestión de los gays, nunca apoyamos ni fomentamos ningún prejuicio anti gay. Lo que si es cierto es que había algunos camaradas que tenían una posición muy tosca. Repetían la posición de Engels en Los Orígenes De La Familia condenando el amor homosexual en la antigua Grecia. Esta posición de Engels ha sido usada por grupos gay contra las ideas Marxistas hoy. Marx y Engels fueron producto de su tiempo y de los prejuicios que existían, no de la situación que existe hoy o de la actual posición del Marxismo. Hubo una renuencia inicial de Militant para tomar este asunto. Pero nunca justificamos la represión de los gays. Nunca adoptamos la posición de Castro o de ninguno de esos líderes u organizaciones. Cuando llegaron resoluciones a las Conferencias de los Jóvenes Socialistas, que nosotros influenciábamos, y en cualquier lado, la actitud de algunos era ‘bueno, esto no es importante, lo apoyaremos, pero no es una cuestión de mayor importancia en lo que a nosotros concierne’. Esto no es el caso hoy. Tenemos camaradas, Ustedes lo pueden ver en nuestros materiales, en la dirección y en otros lados, que son abiertamente gay.



¿Prejuicios contra el feminismo? No, esto simplemente no es verdad. Estamos en contra de las divisiones fomentadas por el feminismo pequeño burgués y burgués. Como la mayoría de las mujeres trabajadoras. Ellas saludaron el movimiento de los años 60 entre otras cosas porque abrió las puertas a las mujeres trabajadoras. Nosotros apoyamos las exigencias de las mujeres, es un asunto vital. De hecho, algunas de las conquistas conseguidas en el pasado están bajo ataque mediante la publicidad, la mercantilización del sexo, etc. No estamos de acuerdo con algunas demandas artificiales como listas solo de mujeres para posiciones dirigentes del movimiento sindical. La clase trabajadora británica ha tenido experiencia de ‘feminismo’ burgués en la forma de Thatcher. Nuestras camaradas son feministas socialistas, pero nosotros no vamos a apoyar cualquier cosa que defiendan las feministas burguesas o pequeño burguesas. Sentimos que el SU-CI, especialmente el SWP norteamericano, enfatizó la cuestión de los gays, la mujer y el racismo, mientras no daban suficiente énfasis al trabajo en los sindicatos y en la clase trabajadora en su conjunto.


La organización que fue la más exitosa, en atraer, ganar e integrar mujeres, especialmente mujeres trabajadoras, pero mujeres en general, en el partido y en posiciones dirigentes en el partido, fue Militant y el Socialist Party. El comité ejecutivo de la sección de Inglaterra y Gales está conformado por una mayoría de mujeres. Están ahí por merito, por su capacidad. Y luego está la campaña contra la violencia doméstica (CADV) que nosotros impulsamos. Tuvimos más resultado en esto que las organizaciones que son críticas nuestras por no tener suficiente concentración en cuestiones de mujeres. Ellos hablan de dar una buena lucha pero en la CADV nosotros tuvimos un gran efecto. Nosotros impulsamos esta campaña y conseguimos apoyo significativo en los sindicatos. Esto tuvo un efecto perdurable en los sindicatos y en los lugares de trabajo.



El Partido Laborista


Respecto al ‘entrismo’, esto surge a partir de los regimenes de tipo policíaco que existía en los partidos Socialdemócratas y estalinistas en el pasado. No se permitía a los Marxistas presentar y defender sus ideas. Este no es el caso hoy, en el nuevo periodo abierto después del descrédito de los métodos burocráticos y estalinistas. También, esto fue percibido por Trotsky como una táctica de corto plazo. Una incapacidad de seguir los consejos de Trotsky en los años 30 en España o de usar la táctica correcta provocó la quiebra de la Revolución. La Juventud Socialista, bajo la dirección de Largo Caballero había apelado abiertamente a Juan Andrade y a Andrés Nin: ‘Entren a la Juventud Socialista, háganse cargo de nosotros, Ustedes son los mejores teóricos en España.’ Ellos se negaron pero los estalinistas no cometieron ese error. Santiago Carrillo fue ganado por los Estalinistas. (Esto es detallado en el último libro de Anthony Beevor sobre la guerra civil española). Los Estalinistas que eran más débiles en Cataluña que los Trotskistas al comienzo, como resultado de su entrada y de otros factores, se apoderaron de la Juventud Socialista y de grandes sectores del Partido Socialista. De hecho, Largo Caballero entró en conflicto con ellos. Este particular desatino táctico, y las insuficiencias políticas de la dirección del POUM, ayudaron a quebrar la Revolución.


Hoy, las ideas clásicas de Trotsky de trabajar en las organizaciones tradicionales no son aplicables. Los Marxistas y Trotskistas algunas veces adhieren abiertamente a formaciones amplias, que están en fermento, donde existe el derecho de plantear tus puntos de vista y defender tu programa de una manera amistosa, fraternal, dentro del partido. Desafortunadamente, en la ‘larga hibernación’, durante el auge de 1950-75, los Marxistas fueron reducidos a un puñado en Gran Bretaña y también en Italia. El Partido Comunista en Italia, era un sólido monolito. El Partido Socialista tenía cierta apertura, pero no era siquiera como el Partido Laborista británico. En gran medida era una formación pequeñoburguesa, pero en ciertas etapas tuvo posiciones políticas más radicales también. Pero había posibilidades limitadas para los Marxistas de ganar apoyo cuando el capitalismo iba hacia delante y el reformismo era fuerte.


La gente como Ted Grant cometió un error en entrar al Partido Laborista en 1948-49. Originalmente él se oponía a entrar al Partido Laborista pero entonces fue derrotado y tenía fuerzas muy pequeñas, trató de racionalizarlo diciendo que los Marxistas no podían hacer ningún progreso ni dentro ni fuera del Partido Laborista. Esta no es una aproximación Marxista activa, es contemplativa. Es una actitud quietista que no adopta una aproximación dinámica hacia las posibilidades para el Marxismo en cada etapa. La mejor táctica para los Trotskistas en ese periodo de los años 1950 habría sido trabajar independientemente, lo que hizo Gerry Healy y su partido, aunque con métodos condenables. Ellos se concentraron ampliamente en la industria y ganaron algunos militantes. Luego, en una etapa en que el Partido Laborista estaba radicalizado y lleno de gente, ellos entraron al Partido Laborista e inicialmente fueron más exitosos que el grupo de Grant.


La concepción de Ted Grant estaba basada en el hecho que los Partidos Comunistas creados en Europa Occidental provenían de las viejas organizaciones del proletariado, de rupturas en las viejas organizaciones. Esto ocurrió en Italia después de los días de septiembre de 1920 y la escisión en el Partido Socialista, cuando fue creado un Partido Comunista de masas. En Alemania hubo una escisión en 1917, luego la ruptura del USPD, con Zinoviev viajando a Berlín en 1920 y hablando en alemán durante cuatro horas en Halle. Él gano cientos de miles de miembros del USPD para el nuevo Partido Comunista, que ¡trajeron con ellos muchos periódicos diarios! Lo mismo en Francia, con el Congreso del Partido Socialista de Tours, cuando la mayoría de los miembros trabajadores activos pasó a la Internacional Comunista.


Pero eso fue con el trasfondo de la Revolución Rusa y la autoridad de la Internacional Comunista, cuando esas eran organizaciones tradicionales sin la atmósfera de tipo policial que se desarrolló dentro del Partido Laborista en Gran Bretaña en respuesta a la Revolución Rusa. Lenin aconsejó al joven Partido Comunista de Gran Bretaña trabajar en el Partido Laborista, y Trotsky incluso planteó la posibilidad teórica de que el PC pudiera ganarlo y llegar a ser como el Independent Labour Party con 30.000 miembros y de hecho controlar el Partido Laborista. Así fuera de este medio centrista o reformista, podría haber un núcleo Revolucionario, a partir del cual se podría desarrollar un Partido Comunista de masas en alguna etapa. Era una idea correcta, y correcto para nosotros pensarlo, pero la historia se desarrolló de una manera diferente.


Yo hice muchos discursos en el pasado en los que dije: ‘No importa lo que pase, permaneceremos en Partido Laborista’. Polemizamos contra rupturas prematuras del Partido Laborista, contra ultra izquierdistas que criticaban nuestro trabajo desde puntos de vista sectarios. Pero se desarrolló una perspectiva casi automatista – ‘Tenemos 2.000 personas hoy, seremos 4.000 dentro de dos años, 8.000 poco después y luego decenas de miles.’ Pero esto no tomaba en consideración las rupturas y los agudos, abruptos cambios en la situación, el más importante de los cuales fue el colapso del Estalinismo y los efectos que esto tuvo en desmoralizar y vaciar los anteriores partidos ‘tradicionales’.



Los seguidores y correligionarios internacionales de Ted Grant están pegados en una táctica particular. Es como un jugador de golf que usa solamente un palo ¡en lugar de toda la bolsa llena! Las tácticas dependen de la situación objetiva. Para nosotros haber permanecido en el Partido Laborista en los años 90 y hoy hubiera significado el toque de campanadas de difuntos. De paso, yo no discuto que todavía hay oportunidades para los Marxistas en RC pero ellas no son las únicas posibilidades en Italia. ¿Qué hacemos con la juventud radicalizada que es repelida de la RC? Es un punto de vista fosilizado del Marxismo tener solamente una aproximación de este tipo particular? Nosotros tenemos una variedad de tácticas.



Somos parte de Partido Socialista en Holanda, que recientemente se ha movido hacia la derecha. También trabajamos en el WASG, como Ustedes están al tanto, en Alemania. Pero en otras situaciones donde no hay, ni siquiera un pequeño, partido que ofrezca oportunidades y las posibilidades de construir formaciones más grandes en la clase trabajadora, nosotros proseguimos una táctica independiente. Esto ha sido exitoso sobre una base de principios, Marxista. Por ejemplo, nuestros camaradas en el Partido Socialista en Irlanda tienen cuatro concejales, pero también, muy importante, tenemos a Joe Higgins que es un parlamentario, uno muy efectivo.



Para efectos de análisis, si en el futuro la derecha fuera arrojada fuera del Partido Laborista y la izquierda tomara el control, como pasó en Francia con la marginación de los neo-socialistas del Partido Socialista en 1934 (el Partido Socialista giro hacia una posición centrista), en esa situación nosotros reconsideraríamos nuestra aproximación. Tenemos que ser flexibles, pero también tenemos que ver las oportunidades que se están desarrollando para extender las bases del Marxismo y el Trotskismo hoy día. El desarrollo de un partido de masas, o de una organización Marxista Revolucionaria de tamaño considerable no es un acto o un acontecimiento. Es una serie de oportunidades que se pueden presentar pero que tienen que ser aprovechadas. Es un arte elaborar lo que tiene que hacerse en esas oportunidades, intervenir, extender la influencia y el apoyo para los Marxistas. Aquellos camaradas que argumentan que solo hay que mantener una táctica encontrarán que la historia pasa frente a ellos.



Otra pregunta es la historia de la internacional.


Este es un asunto amplio. Escribí un libro sobre esto e incluso ese solo lo trata de una manera muy esquemática con los principales puntos. Incluso cuando teníamos miembros solamente en Inglaterra, siempre nos consideramos internacionalistas, por razones obvias. El capitalismo es un sistema mundial y la oposición a él debe organizarse sobre líneas internacionales. La tendencia ahora es que los sindicatos lo hagan, que traspasen las fronteras nacionales de Europa, lo que nosotros apoyamos. Pero lo mismo se aplica desde el punto de la clase trabajadora y el Marxismo. Es por esto que Marx formó la Primera Internacional. Hemos pasado por la experiencia de la Segunda, la Tercera y la idea de Trotsky de la Cuarta Internacional, que sigue manteniendo su validez como idea. Pero ponerla en práctica en un sentido de masas, no fue posible debido a una combinación de dificultades objetivas y errores subjetivos cometidos por muchos dirigentes que adhirieron a las ideas de Trotsky. Nosotros siempre buscamos partidarios internacionales.


Originalmente, la mayoría de ellos llegó a través de los Jóvenes Socialistas o accidentalmente, encontrándose con diferentes camaradas. A comienzos de la década de los años 70 habíamos desarrollado una posición en la que teníamos un número de partidarios internacionalmente. Un camarada que trabajó con nosotros en Gran Bretaña volvió a Irlanda del Norte en la víspera de los acontecimientos de 1969. Yo fui para allá, tuvimos discusiones con algunas personas, y los ganamos. Esto fue complementado por jóvenes camaradas irlandeses como, como Peter Hadden, ganado aquí en Inglaterra en la Universidad de Sussex, que luego volvió a Irlanda. Así es como establecimos la sección Irlandesa en Irlanda del Norte, pero también en el Sur. Más tarde, vino gente como Joe Higgins, el actual diputado del Partido Socialista en el parlamento irlandés. Ahora tenemos una posición muy fuerte en el Sur de Irlanda y también en el Norte.


También teníamos una base en Suecia, e hicimos contactos en Sri Lanka como resultado de una visita que hicimos. Habíamos establecido diferentes puntos de apoyo pero no era ninguna clase de organización internacional coherente. Solamente decidimos crear una organización internacional en 1974, en un Pub en Londres – un poco como hicieron Kart Marx y Federico Engels en el siglo XIX. No quisimos formar una organización y proclamar que nosotros éramos La Internacional, por eso adoptamos en nombre de ‘Comité por una Internacional de Trabajadores’. La mayoría de nuestros reclutas y nuestro apoyo, incluyendo gente joven, provino de nuestro trabajo en las organizaciones tradicionales, que eran viables en esa etapa. Se hicieron visitas a gente en Italia, España y otros países. En España por ejemplo, construimos a través de un camarada que visitó la conferencia de Jóvenes Socialistas aquí. Tuve discusiones con él inicialmente. Bob Labi hizo contacto con camaradas nigerianos. A partir de allí desarrollamos la posición en Nigeria. Tony Saunois construyó nuestra posición en América Latina. Clare Doyle y Rob Jones en Rusia y así.



Sin embargo, nosotros estábamos casi ocultos debido a que estábamos trabajando en las ‘organizaciones tradicionales’, y la derecha del Partido Laborista británico y las burocracias de otros partidos, aunque nos temían organizando a escala nacional, tenían pánico de nuestras conexiones a nivel internacional. De manera que nosotros realmente no éramos conocidos entre las capas más avanzadas de la clase trabajadora, en muchas partes del mundo, que estaban buscando una organización internacional. Ni siquiera publicitamos el material del CIT; era en su mayor parte material interno, corregido para uso público. Pero con la ruptura de Ted Grant y su grupo en 1991-92, decidimos lanzar el CIT mucho más explícitamente, con material público llamando a los trabajadores avanzados.


Pero a comienzos de los 90 decidimos que abriríamos un dialogo con otras organizaciones internacionales. El colapso del Estalinismo nos obligó a revisar nuestro trabajo y aproximación. Pensamos que otras organizaciones se verían obligadas a cambiar, y algunas lo hicieron, pero no siempre en una dirección positiva. Algunas se movieron en dirección a la derecha, mientras otras como el SWP en Gran Bretaña, al cual nos aproximamos para discutir, se limitaron a decir que siempre tuvieron la razón. Entonces, parecía que ellos eran más exitosos que el Partido Socialista y el CIT en Gran Bretaña. Militant había sufrido una división, e inevitablemente esto nos empujó hacia atrás. Por otra parte, el SWP, con su teoría de la “década de los 30 en cámara lenta” eran súper activistas en la arena pública con letreros y mucho ruido.


Ellos parecían estar en todas partes, pero el SWP se hizo sinónimo de ‘estudiantes con letreros’. Fue una clase de voluntarismo, de tratar de hablar más fuerte que tu voz, tratando de aparecer más importantes de lo que realmente eran en la clase trabajadora. El SWP era fundamentalmente una organización pequeño burguesa, pero también con ciertas capas de trabajadores impacientes, que pensaban que todo lo que se necesitaba era proclamar la Revolución. Hasta cierto punto, siguen haciéndolo en manifestaciones con su lema ‘única solución Revolución’. Pero cuando abrimos una discusión chocamos con ellos y lo seguimos haciendo en un número de asuntos. Les ofrecimos colaboración. Desafortunadamente, se rompió en la Alianza Socialista, donde querían imponer su programa y sus formas de organización en lo que debía haber sido una forma de organización menos rígida.


Fuimos a ver al SU-CI y abrimos un dialogo y discusiones con ellos. Bob Labi, Tony Saunois, Lynn Walsh y yo visitamos el SU-CI. Me reuní con Livio Maitan por primera vez en muchos años. Pero nos quedó claro que ellos estaban en una trayectoria más oportunista, hacia la liquidación de las ideas del Trotskismo. Enviamos camaradas a ver a la LIT. Yo he visitado la LIT en Brasil. Nuestros camaradas en Brasil en una etapa fueron miembros de su organización con derechos de fracción. Así que hicimos un ‘viaje de descubrimiento’ para ver si el panorama político había cambiado. Desafortunadamente, encontramos que, en lo que respecta a otras organizaciones internacionales, no había cambiado demasiado.


Por lo tanto, aunque mantenemos abiertas nuestras líneas de comunicación y seguimos dispuestos a discutir y debatir con esas organizaciones, hemos concentrado nuestros esfuerzos en el periodo pasado en construir el CIT y nuestra militancia, desarrollando las ideas del CIT. Ahora tenemos organizaciones y militantes vinculados con el CIT en 34 países. Algunas de ellas son organizaciones sustanciales con una implantación en el movimiento de la clase trabajadora y son un factor en la vida del movimiento obrero, o en un sector particular de la clase trabajadora. En Gran Bretaña, después de un periodo bastante difícil en los 90, estamos construyendo.


Declinamos desde 8.000 miembros que teníamos en los 80 en toda Gran Bretaña pero seguimos siendo un partido formidable con raíces en el movimiento de trabajadores y aproximadamente 2000 miembros. Pero este es un logro encomiable sobre la base de todos los factores objetivos que mencioné antes. Hemos mantenido cuadros antiguos muy buenos que actúan como levadura para el desarrollo de la próxima generación. También hemos reclutado una capa sustancial de camaradas jóvenes que están participando en la lucha, y estamos destinando cierta cantidad de atención y tiempo para desarrollarlos política y teóricamente. Actualmente en Inglaterra y Gales tenemos sobre 30 permanentes, la mayoría en nuestro centro internacional, pero con permanentes en Gales, en el Sudoeste de Inglaterra, en Manchester, en el Noreste, en el Oeste y el Este de Midlands, y Yorkshire. En su cima, Militant tenía 320 trabajadores permanentes para el partido – algunos de ellos voluntarios. No todos ellos recibían un salario. Algunos de ellos eran desempleados y recibían suplementos. Pero esa era una indicación de la posición que teníamos.


En Irlanda tenemos una organización importante con Concejales y un diputado. Nuestra sección en Alemania acaba de pasar la experiencia del WASG con nuestra camarada, Lucy Redler, encabezando la lista del WASG de Berlín, quien obtuvo 50.000 votos en Berlín. En Sri Lanka, nuestro camarada Siri se presentó a las elecciones presidenciales el año pasado por el USP y llegó tercero. Esto le ha dado a nuestro partido una plataforma importante para intervenir en la situación actual.


En términos de militancia, el CIT es una de las más importantes, si no la más importante, de las internacionales Trotskistas. Seguimos siendo pequeños en relación con las tareas que tenemos planteadas por el periodo. Ciertamente ahora tenemos más que una base internacional. Estamos presentes en todos los continentes y casi en todos los países de Europa, aunque en algunos solo tenemos un punto de apoyo. El sur de Europa desafortunadamente es una de las debilidades del CIT, excepto Grecia y ahora Chipre, que esperamos superar en el próximo periodo.



Relaciones dentro del CIT


¿Tienen las secciones nacionales autonomía para decidir sus propias políticas? ¿Hay discusión continua con el Secretariado Internacional de la Internacional? ¿Cuál es la relación de las políticas y la organización de las secciones?



Nosotros seguimos aceptando que el centralismo democrático es vital para un partido revolucionario. Incluso en los sindicatos o en el movimiento obrero, existen formas de centralismo. En los años 90, debido a que el termino ‘centralismo democrático’ estaba vinculado con el Estalinismo, cambiamos temporalmente la terminología a ‘unidad democrática’. Pero encontramos que era inadecuada. Nosotros defendemos la idea de centralismo democrático pero nos oponemos al centralismo burocrático. Algunas otras organizaciones Trotskistas han dado mal nombre al Leninismo, al Trotskismo y al centralismo democrático. Ellas practican una forma de centralismo burocrático.


Nosotros tenemos en las secciones nacionales y a nivel internacional una democracia transparente: la elección de todos los dirigentes y el derecho de revocabilidad. Yo soy un dirigente elegido y otros camaradas en la dirección son dirigentes elegidos de la internacional. Existe el derecho de revocación, si un cuarto de las células exige una conferencia nacional especial, tiene que ser convocada, si un tercio del CC exige un CC especial tiene que ser convocado. Si un cierto número de secciones exige un Congreso Mundial especial, y los recursos lo permiten, tiene que ser convocado. El Congreso Mundial es la más alta autoridad del CIT. Nosotros nos inclinamos más hacia la democracia, la autonomía y el desarrollo de direcciones nacionales independientes en las secciones, antes que sobre enfatizar el centralismo. Esto es necesario debido a las malas experiencias de la formas de organización Estalinistas y Socialdemócratas. La nefasta influencia del Estalinismo también ha infectado algunas organizaciones Trotskistas.


En general es completamente erróneo recurrir a expulsiones como primera reacción sobre diferencias en asuntos políticos, como ha pasado en algunas organizaciones, pero no en el CIT. Las diferencias necesitan ser discutidas. En Escocia tuvimos una ruptura política con la dirección de nuestra sección entonces, en 1998. Pero nosotros queríamos que ellos permanecieran en la Internacional para defender sus puntos de vista incluso si ellos habían roto un número de normas políticas y organizativas de nuestro partido. Pero ellos decidieron que no podían permanecer.


Bob Labi: “En la discusiones en 1998, estábamos en desacuerdo con lo que ellos estaban proponiendo, la base política, y como estaban proponiendo, a través del Partido Socialista de Escocia (SSP), efectivamente liquidar la sección del CIT. No tomamos medidas disciplinarias contra ellos, a pesar del hecho de que estábamos totalmente en desacuerdo con lo que habían hecho y como se habían desarrollado posteriormente. De hecho, eventualmente ellos nos dejaron voluntariamente, en 2001, precisamente porque nosotros decidimos no tomar medidas disciplinarias sobre este asunto incluso aunque ellos habían roto nuestras normas y tradiciones. Algunas veces, cuando desafortunadamente nos hemos visto enfrentados con corrupción, por ejemplo, dentro del grupo de Ucrania, hemos tomado medidas disciplinarias. No teníamos alternativa.


Pero en lo que respecta a Escocia (todos los documentos están disponibles y en el dominio público) no tomamos ninguna medida disciplinaria porque teníamos confianza que a su debido tiempo, se robaría que estábamos en lo correcto, como ha sido revelado desde entonces por la degeneración del SSP. Pero ellos se marcharon por voluntad propia, no fueron obligados. Pienso que esto está vinculado con otro punto. Peter dijo que en la década de los años 90 discutimos internacionalmente con grupos y no llegamos a acuerdo. En términos de cómo se ha desarrollado el CIT en diferentes países, a menudo ha sido a través de reuniones y discusiones con grupos o partidos diferentes, con los cuales después de un periodo de tiempo hemos encontrado una base común y ellos se nos han unido. Ha sido en una minoría de casos en los que miembros ya existentes del CIT han ido a diferentes países para establecer grupos del CIT. Fuera de Europa, en Sri Lanka y en Nigeria, las secciones actuales del CIT provienen de miembros de grupos o partidos existentes, que se unieron al CIT quizá hace 30 o 40 años atrás.


En la actualidad estamos discutiendo con el Partido Socialista de Malasia que tiene su propia historia. Se desarrolló independientemente pero estamos discutiendo con él, lo mismo también es cierto para otros países. Así que el hecho que en el presente no estemos discutiendo con otros reagrupamientos internacionales no significa que a nivel nacional no estemos discutiendo con diferentes grupos. Tenemos que ver sobre que base concordamos y sobre que base estamos en desacuerdo, y como se pueden desarrollar las relaciones, lo que a veces es a través de un largo periodo de tiempo antes que las cosas se aclaren. No es simplemente la discusión misma; es la experiencia, los acontecimientos, el desarrollo de la situación objetiva y nuestras propias actividades.



¿Ustedes piensan en si mismos como una “Internacional” y, a partir de esto, piensan que la futura dirección de una Revolución internacional surgirá de una ampliación del CIT?


Somos una organización internacional, y como expliqué previamente, siempre tuvimos una aproximación internacionalista, incluso cuando teníamos pocas fuerzas fuera de Gran Bretaña. Pero dada la experiencia histórica de desencuentros que han resultado de organizaciones bastante pequeñas que se han proclamado así mismas como ‘la’ Internacional, estábamos en contra de esto cuando establecimos el CIT en 1974. Podemos reivindicar el análisis que hicimos históricamente y especialmente desde 1991-92, como una descripción política general correcta, que enfrenta la clase trabajadora y las conclusiones que se desprenden de él.


Esto no significa que estuvimos en lo correcto en cada detalle, que no ha habido errores, por ejemplo, en el ritmo probable de los eventos. Los grandes líderes socialistas como el mismos Marx, aunque correctos en sus análisis generales, cometieron muchos errores de ritmo. La historia tiene una manera de confirmar una perspectiva solamente después de un retrazo y a veces después de un tiempo considerable. Debido a que la arena política internacional está llena de ‘Internacionales’ autoproclamadas, tomamos el nombre de el ‘Comité por una Internacional de los Trabajadores? Esto implica que necesitamos una nueva Internacional que pueda comenzar a establecer raíces de masas y el CIT, tomará las medidas necesarias, con otros, para llevar esto a cabo.


¿Sería esta Internacional de masas simplemente una ‘ampliación del CIT’? Nosotros somos una pequeña organización que ha buscado mantener el hilo de las ideas Trotskistas y Marxistas genuinas en una de las circunstancias objetivas más difíciles quizá en 100 años. Se pueden hacer ciertas comparaciones con la situación que han enfrentado los Marxistas y Trotskistas desde 1989 con la que enfrentaron los Bolcheviques y Trotsky después de la derrota de la Revolución de 1905-07. En Rusia se estableció un periodo de reacción, acompañado de escisiones tanto a la derecha como a la izquierda, que se reflejó en los Bolcheviques.


Por supuesto los Marxistas rusos confrontaron una represión mucho más brutal - ejecuciones, exilio y persecución. – que los Marxistas en general, y todavía más, en los países industriales avanzados, en comparación con la década de los años 90. Pero, incluso en el periodo de reacción de 1905 a 1911/12, el movimiento obrero ruso podía seguir mirando hacia el horizonte internacional y ver el ascenso de fuertes partido de trabajadores y otras organizaciones de la clase trabajadora – en Francia, Alemania, Italia, incluso en los EE.UU., donde Eugene Debs obtuvo casi un millón de votos para un programa socialista en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 1912. Esto era una fuente de coraje y fortaleza para ellos.


El periodo actual ha sido de una reacción ideológica más generalizada a nivel mundial, que ha afectado al movimiento de trabajadores, casi sin excepción, en cada continente y prácticamente en todos los países. Las ideas del socialismo y de sus defensores, ni que hablar del Marxismo y el Trotskismo, han tenido que luchar para mantener su existencia contra el trasfondo de una ofensiva ideológica pro-capitalista, pro-mercado. Esto ha tenido el efecto de crear confusión ideológica que ha dejado sus marcas incluso en aquellos que siguen reclamando ser Marxistas y Trotskistas. Algunos incluso han abandonado sus puntos de vista anteriores, su adhesión formal a las ideas Trotskistas y han adoptado una perspectiva reformista. De hecho, la mayoría abrumadora de intelectuales, incluso radicales, hoy suscriben esas ideas de una u otra forma.


Organizaciones y partidos, situados previamente en la ultra-izquierda (el IST/SWP en Gran Bretaña e internacionalmente, y fragmentos de la LIT) aunque manteniendo ciertas practicas sectarias – intolerancia hacia otras ideas, falta de disposición a discutir en un dialogo abierto – se han movido hacia la derecha. Otros se han retraído hacia un callejón sectario sin salida.


Un gran factor de esta confusión ideológica es producto del hecho que en el periodo reciente el proletariado en Europa, Japón y los EE.UU. todavía no han entrado decisivamente en la arena política. Cuando lo haga esto ejercerá un profundo efecto, incluso sobre la confusa mezcla que constituye el medio intelectual, incluso de aquellos que se consideran radicales en la actualidad. Así que nuestra respuesta es que una nueva Internacional de masas no sería simplemente una ampliación del CIT, ni vendría necesariamente de aquellos que autoproclaman ser Marxistas y Trotskistas hoy. Nuevas formaciones de la clase trabajadora y de jóvenes., se pueden desarrollar y mirar hacia una nueva Internacional de masas. Esas nuevas fuerzas frescas de la clase trabajadora constituirán la abrumadora mayoría de una nueva Internacional de masas. Nosotros creemos, sin embargo, que el CIT, en tanto mantenga su claridad política y su dinamismo organizativo, será una parte importante de este proceso. En general, una Internacional de masas no será construida de una manera lineal, o con crecimientos graduales de apoyo al CIT o cualquier otra organización, sino por una combinación de fusiones entre fuerzas Marxistas genuinas e incluso de rupturas hacia la izquierda de organizaciones y partidos de trabajadores numerosos que se moverán hacia una posición Marxista.



Hubo previamente muchas experiencias de Internacionales anteriores, que difieren sustancialmente una de otra. La Cuarta Internacional, incluso cuando Trotsky estaba vivo, era bastante ineficaz (fuera de Vietnam y quizá el SWP en los EE.UU.) También había muchas escisiones en muchos grupos en lo que parecía ser una ‘guerra eterna’ entre todos. El intento más serio de construir una Internacional Revolucionaria de masas, fue la ‘Tercera’. La aproximación de Lenin no era sectaria. En Moscú, en los primeros congresos de la Internacional, hubo la participación del centrista USPD liderado por Kautsky, y del sindicato anarquista CNT de España, así como elementos oportunistas del Partido Socialista Francés como Cachón. O anarco-sindicalistas como Rosmer y Serge, y también los Internacional Workers of the World de ‘Big Hill? Haywood. ¿Usted cree que la futura Internacional de masas necesita ser una Internacional ‘Trotskista’ pura?


Respondí más arriba parte de su pregunta antes. No estoy de acuerdo con que la Cuarta Internacional impulsada por Trotsky fue ‘ineficaz’. No consiguió establecer una base de masas, principalmente debido a la dificultad de factores objetivos que existían en los años 30, durante la Segunda Guerra Mundial y la situación que describí anteriormente en el periodo post 1945. Los errores de los que estaban en la dirección después de la muerte de Trotsky también jugaron su parte. Sin embargo, el análisis de Trotsky del Estalinismo y de todo un número de otras cuestiones son armas políticas indispensables para las nuevas generaciones de trabajadores que intervienen en las luchas que se están abriendo. Sin la monumental contribución de Trotsky sobre el análisis de los regimenes Estalinistas, la generación de Marxistas que lo siguieron habría estado en una enorme desventaja. Sin duda hubieran encontrado el camino a un análisis y método correcto pero con muchas dificultades, falsos comienzos, rodeos estériles, etc. La contribución más grande de Trotsky, como admitió el mismo, no fue no fue el papel dirigente que sin duda jugó en la Revolución Rusa, sino su trabajo de carácter teórico, que emprendió en los años 30.


La idea de la Tercera Internacional fue lanzada inicialmente por Lenin, contra el trasfondo de la debacle de la Primera Guerra Mundial y la capitulación de los líderes centristas y reformistas al social chovinismo. Sin embargo, solo fue realizable sobre la base del mayor acontecimiento en la historia humana, la Revolución Rusa. Esta atrajo naturalmente el apoyo de la clase trabajadora mundial y obligó a todas las formaciones políticas dentro de sus filas, a adoptar una posición a favor o en contra de la Revolución. Los dirigentes reformistas y centristas se vieron obligados a mostrar una cierta simpatía debido al estado de ánimo de los trabajadores dentro de sus filas. Esto significó que oportunistas, disfrazados de reformistas y centristas, así como genuinos luchadores Revolucionarios, algunos de los cuales venían de un origen anarco-sindicalista, como Rosmer y Serge y el IWW, encontraron un luchar en las filas de la Tercera Internacional.


Lenin, aunque dio la bienvenida a los luchadores de clase genuinos, incluso si ellos no estaban de acuerdo con el programa y aproximación plenamente Marxista de los Bolcheviques, adoptó sin embargo una actitud diferente hacia los dirigentes oportunistas. Estos, reconocía él, representaban un peligro potencial, una influencia reformista corrosiva dentro de las filas de una Internacional Revolucionaria. Por lo tanto, se vio obligado a aumentar las exigencias originarias para las organizaciones afiliadas a 21, hasta que la mayoría de los dirigentes reformistas, oportunistas no pudieron encontrar un lugar en las filas de la Tercera Internacional. De esta manera, aunque Lenin dio la bienvenida a toda organización de masas genuina, y potencial fuerza de masas, independientemente de sus posiciones iniciales, él junto con Trotsky, fue insistente sobre el carácter Marxista, Revolucionario de la Tercera Internacional.


¿Necesitará una Internacional de masas futura, ser una Internacional ‘Trotskista ‘pura’? Si es conocida por este nombre o no, carece de importancia. Lo crucial es el contenido político, el programa y los métodos con los cuales es formada una nueva Internacional. Los términos ‘Marxista’, ‘Leninista’ o ‘Trotskista’ para nosotros denotan las ideas del socialismo científico aplicado a la era moderna. Sin importar lo antiguo de una idea o cuerpo de ideas, sin son las mejores en explicar el carácter de la era moderna y las tareas del movimiento de trabajadores, entonces ellas son las más ‘atingentes’ y actuales. Al mismo tiempo, no se puede descartar que haya ciertas formas transitorias de organizaciones internacionales antes de llegar a la idea de una Internacional Marxista de masas. Nosotros buscamos colaborar con otros con objeto de impulsar hacia delante el movimiento de trabajadores en general, así como discutir y unirnos con las fuerzas genuinas del Trotskismo donde hay acuerdo político general.



En su breve historia del CIT Usted dice que a nivel internacional hay camaradas concientes, buenos Revolucionarios, trabajadores y jóvenes, que actualmente están fuera del CIT. ¿Cuáles considera que son las condiciones para la fusión o unificación con otros grupos o partidos?


Hay muchas buenas fuerzas Revolucionarias a nivel mundial que no son miembros o simpatizantes del CIT, o en algunos casos, ni siquiera saben acerca del CIT. Nosotros colaboraríamos con todas estas fuerzas sobre asuntos concretos y buscaríamos abrir, una discusión, debate o dialogo, lo que es absolutamente esencial en este periodo para clarificar las tareas del movimiento de trabajadores a nivel internacional. No es posible establecer por adelante y en toda circunstancia las condiciones para la fusión o unificación con otros grupos o partidos. Donde podamos llegar a acuerdos ideológicos sobre los asuntos principales, entonces el CIT estará abierto y dará la bienvenida a todos aquellos que desean unirse a nuestras filas. Sin embargo, dado el trasfondo de confusión política e ideológica que he mencionado con anterioridad, estaría mal correr a ello sin que el campo haya sido preparado apropiadamente. Esto significa, en general, discusiones, y un intento de trabajar juntos en la práctica y campañas conjuntas sobre asuntos cruciales., tanto dentro de países como internacionalmente. Nosotros nos hemos unido junto con grupos que no eran inicialmente Trotskistas. Doy ejemplos de esto en la historia del CIT. Actualmente, estamos discutiendo con organizaciones importantes como el Partido Socialista de Malasia. No tenemos acuerdo con ellos sobre un número de asuntos pero tenemos relaciones fraternales de colaboración, con invitaciones a hablar en reuniones de ambos, en la esperanza de clarificación y posible acuerdo político, lo que esperamos desemboque en conclusiones organizativas. Sin embargo, incluso si una fusión o unificación no es posible con algunos grupos, no hay razón para que la colaboración no sea posible.



En los últimos años, en muchos materiales del CIT, Ustedes han hablado de la ‘larga noche’ de los años 90, pero el socialismo ahora esta volviendo a la agenda. El mundo esta en turbulencias, pero se escucha decir a mucha gente que ‘el socialismo es una buena idea pero, desafortunadamente, es utópica.’. Otros dicen que ‘el socialismo no funciona porque la naturaleza humana es demasiado egoísta. ¿Usted piensa después de la trágica experiencia del Estalinismo, que el socialismo en el verdadero sentido del término podría funcionar y resolver muchos de los problemas de la humanidad? ¿Puede el socialismo como un sistema funcionar?


Nosotros hemos respondidos estas preguntas muchas veces en nuestras publicaciones y en libros como el de Hannah Sell, Socialismo en el Siglo XXI, en una serie de artículos en Socialism Today, y en las publicaciones de las secciones del CIT. Voy a dar un breve resumen aquí. La reacción ideológica de la cual he hablado domino la década de los 90, aunque la clase trabajadora intentó grandes movimientos de lucha. Ahora, debido a la experiencia y claro fracaso de 20 años de neo-liberalismo, especialmente en el mundo neo-colonial, se ha producido un cambio, que ha puesto al socialismo de vuelta en la agenda. Incluso el hecho que en Venezuela Chávez se haya movido de una posición de ‘capitalismo humano’ a proclamar la necesidad del ‘socialismo’ es una indicación que lo que está ocurriendo. También en Europa, hay una capa de jóvenes – no una fuerza sustancial en esta etapa, pero importante - que está buscando ideas socialistas. Muchos de ellos se han hecho Marxistas, observando la situación, leyendo y viendo los acontecimientos a nivel internacional.


En cualquier caso, todavía hay en esta situación un elemento de los 90, en el escepticismo mostrado hacia las ideas socialistas. El recuerdo del Estalinismo todavía está allí como una verdadera barrera a las ideas genuinas y fuerzas del Marxismo. Algunos, incluso buenos jóvenes, dicen inicialmente que ‘el socialismo es utópico’, esto es que no funciona, como lo indican las experiencias de Rusia y Europa del Este. En este sentido, tenemos una tarea más difícil incluso que las generaciones de Socialistas y Revolucionarios antes de la Primera Guerra Mundial. Entonces el socialismo era una idea grandiosa para ser puesta en práctica en el futuro. La Revolución Rusa realizó este sueño y repercutió en todo el mundo, en los ‘diez días que conmovieron al mundo’. Pero entonces tuvimos al Estalinismo.


Reforzada por la propaganda capitalista hostil, se ha dado la impresión que ‘el socialismo tuvo sus días’, y que es necesario probar ideas más ‘radicales’. Esto va acompañado por el viejo argumento contra el socialismo que el ser humano es demasiado ‘egoísta’ o ‘individualista’ para actuar en común, de manera colectiva o altruista, para cambiar la sociedad. La historia ha mostrado que esto es erróneo, como evidenció no solamente la Revolución Rusa sino los numerosos intentos de Revolución efectuados por la clase trabajadora y los pobres en el siglo XX que fracasaron debido a una dirección incapaz. La masa de la población no buscará una alternativa hasta que este sistema actual este en evidente y clara bancarrota. Este no es el caso de la minoría combativa y valerosa que está buscando explicaciones y puede encontrara el camino al socialismo y al Marxismo ahora. Como explicamos antes, el auge de los años 90 y de la primera parte de esta década no se agotó todavía. Serán necesarios grandes acontecimientos y ellos están llegando, incluso con las dificultades económicas del capitalismo, para acabar con las prolongadas ilusiones que este sistema puede ser ‘reformado’ y hecho más ‘humano’.


Incluso cuando hay una ruptura, las masas no necesariamente se volverán en primer lugar hacia el ‘socialismo’ debido a las experiencias del pasado. Ellas saquearan las ‘despensas de la historia’, apoyarán tentativas más fáciles del pasado como ejemplos para el cambio. En esas condiciones ideas reformistas y partidos construidos sobre ellas pueden crecer. También se pueden desarrollar formaciones centristas, especialmente en el mundo neo-colonial, con las condiciones objetivas enfrentadas por las masas empeorando y volviéndose intolerables. La experiencia es el más grande maestro de la humanidad. Al agotarse los falsos caminos, no al mismo tiempo ni conjuntamente, las masas buscarán una alternativa socialista. No obstante, este movimiento no será una simple repetición del pasado, ni los partidos que luchan por el socialismo serán una mera replica de lo que ha sido antes. Nuevas capas frescas entrando en acción traerán a la luz todo tipo de ideas innovadoras, imaginativas, pero el socialismo como un concepto amplio se transformará en una fuerza de masas. Kart Marx dijo una vez que cuando una idea se apodera de la mente de las masas se transforma en una fuerza material. Vimos esto en la Revolución Rusa y nuevamente será atestiguado en los acontecimientos colosales que son inminentes en Gran Bretaña, en Italia y en todo el mundo.

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